La Espina está situada en la periferia occidental del Concejo de Salas (Asturias-España), y discurre junto a una recta de la Carretera N-634 en la extensa cima llana del puerto. Tiene una altitud de 660 metros y aproximadamente unos 500 habitantes.
En la historia de La Espina, destacan en todos los documentos que hubo una Malatería, hospital de leprosos conocido como de Nuestra Señora del Baçar. Los leprosos podían pedir limosna por todos los concejos de la zona, Salas, Tineo y Valdés. Hasta 1761 las tierras de La Espina pertenecieron a la malatería, de la cual ya nada queda, una vieja imagen de San Lázaro patrón de los leprosos, fue destruida en la guerra civil, imagen a la que los vecinos llevaban agua para emplearla después en remedios caseros y curaciones. El único vestigio que llegó a nuestros días es un topónimo, La Manteiría, un lugar en los alrededores de la actual iglesia, además de referencias en documentos escritos desde el año 1224, con privilegios de reyes como Alfonso IX, que la eximían de impuestos.
La Espina es llamada La Puerta de Occidente, cruce de caminos y carreteras que vieron el paso de viajeros, peregrinos, arrieros y también de bastantes invarores que ansiaron la posesión de tan valioso lugar, a doce kilómetros de Salas pero que perteneció a Tineo hasta el siglo XVI.
Parece ser que fue braña vaqueira que prosperó gracias a esta estratégica posición y en la que acontecieron sucesos muy relevantes, pues en La Espina se firmó el 14 de Mayo de 1277 una carta de hermandad entre Avilés, Pravia, Grado, Salas, Somiedo, Valdés , Tineo, Cangas y Allande: la primera federación de concejos asturianos de la que se tiene noticia.
Una de las casa más importantes de la localidad es La Venta. La casa actual es del siglo XVIII, y su dueño era el Marqués de Villel. La Venta hizo además de Ayuntamiento cuando La Espina fue capital de un municipio independiente que sólo duró tres años (1820-1823), durante el "trienio liberal".
En La Venta paraban arrieros y vaqueiros, pastores trashumantes con su ganado, y demás viajeros que compartían espacio con algún peregrino que no parase en los cercanos hospitales. Entre los visitantes ilustres hemos de citar a Gaspar Melchor de Jovellanos, quien la cita en sus Diarios.
De su pasado como braña vaqueira queda un dicho muy popular y algo malicioso..."La Espina como Villa nun ye gran maravilla, pero como braña la meyord'España".
El primer fin de semana de Julio, en pleno trasiego de peregrinos, se celebra La Festona, una multitudinaria celebración en la que puedes encontrar actividades para todos los públicos, buenas orquestas, celebración religiosa y el reparto gratuito de tortilla y vino a todos los asistentes, que más se puede pedir!!!
Fuente y Fotos: http://xurdemoran.blogspot.com.es y Autor Desconocido